domingo, 30 de septiembre de 2012

Ha vuelto el sol... Greek (Easter) Bread para celebrarlo!!

Ayer fue un día gris… Nos levantamos pronto y tras un fantástico desayuno nos pusimos en marcha. A mi media naranja le ha tocado trabajar todo el fin de semana, así que nuestros caminos se separaron desde bien temprano. Yo aproveché para hacer un poco de marujilla, yendo a hacer unos recados y rellenando nuestra nevera, pero después de ese par de cosas y de haber tenido que hacerlas tapada hasta la nariz con mi impermeable y con mis fantásticas botas de agua, me encerré en casa a hacer un poco de ameba. He de reconocer que no es algo que me guste practicar en exceso, de hecho no me gusta nada e incluso me provoca una horrible sensación de culpabilidad…, pero es que ayer no había más remedio. No paró de diluviar en todo el día, así que las únicas opciones que tenía eran o quedarme en casa o dar un paseo en barca J! Y sí, me podéis decir que siempre hay mil cosas que hacer incluso quedándonos en casa… y tendréis razón, pero creo que mi cabeza estaba tan gris como el cielo que se veía desde el balcón, así que definitivamente, no, no fue un día productivo.
Bueno, no lo estaba siendo hasta que decidí enfundarme el delantal y meterme un rato en la cocina. Eso suele funcionar J, y esta vez no iba a ser menos. La receta que me apetecía probar no tiene nada qué ver con esta época del año, de hecho se trata de un pan griego típico de Pascua, pero… tampoco hay que ser puntilloso con esas cosas, verdad? En cualquier caso, se trata de un pan suave y esponjoso que nos dejará un fantástico olorcico a anís en toda nuestra cocina. Si os gustó el Challah, seguro que también os gustará el Greek Easter Bread que os traigo hoy. Aquí os dejo la receta:
Ingredientes (receta de The Australian Women’s Weekly Magazine Muffins and Breads, 2008)
7 gr levadura seca
1 cucharadita (tsp) de azúcar
180 gr leche caliente
75 gr harina panificable
100 gr mantequilla sin sal, deshecha
2 huevos (L), batidos ligeramente
75 gr azúcar, extra
450 gr harina panificable, extra
2 cucharaditas (tsp) de anís en grano
½ cucharadita (tsp) de sal

Para pintar
1 yema de huevo
2 cucharadas (tbsp) de leche, extra

Elaboración (1 loaf)
Ponemos la levadura, el azúcar y la leche caliente en un bol grande. Mezclamos hasta que la levadura esté disuelta. Añadimos la harina tamizada y tras mezclarlo lo dejamos reposar tapado con un plástico y un trapo durante aproximadamente unos 45 minutos (hasta que haya doblado su volumen).
Pasado ese tiempo le añadimos la mantequilla, los huevos y el azúcar extra. Cuando los ingredientes estén bien integrados será el momento de añadir la harina extra tamizada, el anís y la sal, en dos tandas. Pasamos nuestra masa a la superficie de trabajo y amasamos durante unos 10 minutos o hasta que nos quede una masa elástica y fina. As usual, es una masa un poco pegajosa al principio..., pero se consigue! (intentad hacerlo sin enharinar la superficie de trabajo ayudándoos del amasado francés). Una vez esté lista la pasaremos a un bol ligeramente engrasado y la dejaremos reposar hasta que haya doblado su volumen, aproximadamente 1 hora y 30 minutos.
Tras este levado pasamos la masa a nuestra superficie de trabajo ligeramente enharinada y la desgasificamos un poco. Ya podemos dividir la masa en 6 porciones y dar forma de cilindro a cada una de las porciones, de aproximadamente unos 33 cm. Trenzamos los cilindros de dos en dos de manera que nos quedaran tres trenzas. Damos forma redonda a cada una de las trenzas y las ponemos una al lado de la otra (en forma de triángulo) bien juntas sobre nuestra placa del horno, que habremos forrado con un poco de papel de hornear. Pintamos las juntas de nuestras trenzas con un poco de agua para que se queden pegadas y las cubrimos con un plástico y un trapo de cocina durante unos 45 minutos más (o hasta que vuelvan a subir, sin llegar a doblar el volumen).
Precalentar el horno a 200 °C.
Cuando ya estén listas las pintaremos con la mezcla de la yema de huevo y la leche extra y ya podremos meterlas en el horno durante 10 minutos. Tras los 10 minutos bajaremos la temperatura de nuestro horno a 180° C y seguiremos horneándolas durante 30 minutos más. Sencillo, ¿verdad? Pues este es el resultado:


Ha salido el sol así que voy a ver si me da un poco de aire fresco J. Nos vemos la semana que viene!


Enviada a Yeastspotting

lunes, 24 de septiembre de 2012

Estamos de Fiesta Mayor: Cheesecake con mascarpone, higos y miel!

Sí, lo sé, llego con retraso, pero tengo una gran excusa: ¡estamos de Fiesta Mayor! Este fin de semana son las Fiestas de Barcelona y el programa es tan amplio y variado que lo difícil es elegir entre todas las posibilidades que nos ofrece. Si a esto le sumamos que el sol ha tenido a bien hacernos compañía durante todo el fin de semana… pues tenemos un par de días fantásticos J

El weekend comenzaba levantándonos el sábado bien temprano y disfrutando de un completo desayuno tras el cual nos enfundamos unos tejanos y, programa en mano, nos lanzamos a disfrutar de la Fiesta Mayor de la Ciudad Condal.



Empezamos paseando por el Parque de la Ciutadella y disfrutando de danzas tradicionales y del Baile de los Gigantes. Luego llegó el momento de acercarnos al centro de la ciudad para escuchar algo de música folk. Ayer, en cambio, tocaba ir a ver el Baile de los Bastones, las alfombras de flores y de quedarnos con la boca abierta gracias a la actuación de los Castellers.  Por la noche, nos animamos a ir a ver el Correfoc… y, para cerrar la velada, unos Fuegos Artificiales! Buf, en definitiva, un fin de semana de locos, pero entre espectáculo y espectáculo, entre visita y visita o entre concierto y concierto siempre hay tiempo para recorrer el Mercado de La Boquería y ver qué podemos comprar para nuestra entrada semanal J.



Y sí, esta semana tocaba cambiar un poco de tercio. De daros un poco de tregua con tanto hornear pan… así que empecé a pensar en con qué os podía tentar… y ¿qué mejor que hacerlo con un poco de fruta de temporada? Pasear por las calles de este Mercado siempre es sinónimo de disfrute. Sus paradas llenas a rebosar de frutas exóticas, de verduras exquisitas y de los manjares más diversos, nos harán disfrutar de un rato excepcional. A mí lo que más me gusta es ir a por fruta de temporada, así que en el momento en que tuvimos los higos en frente nuestro lo tuve claro: Cheesecake with mascarpone, figs and honey!! Es una receta fácil de preparar lo único que fastidia un poco es no poder hincarle el diente inmediatamente después de sacarlo del horno… pero con lo rico que está bien merece la pena la espera. Además los higos son fuente de fibra, potasio, magnesio, calcio y varias vitaminas, así que ya no tenéis excusa para no lanzaros a comprar una bandejita J. Aquí os dejo la receta:
Pastel de queso con mascarpone, higos y miel (la receta del pastel de queso es de Trattoria da Martina)



Ingredientes (para un molde redondo de 8 cm)
Para la base
37,5 gr de mantequilla sin sal derretida
62,5 gr de galletas tipo Digestive
7,5 gr azúcar

Para el relleno
195 gr de queso crema (tipo Philadelphia)
90 gr de azúcar
97,5 gr de queso mascarpone
1 huevo y medio (L)
5 gr de extracto de vainilla

Elaboración
Precalentar el horno a 180 °C.
Triturar las galletas y mezclarlas con la mantequilla derretida y el azúcar. Forrar el fondo del molde con papel de hornear. Engrasar el molde. Poner la mezcla de las galletas en el fondo del molde nivelando y apretando con una cuchara. Reservarlo en la nevera durante, como mínimo, 15 minutos.
Ya es momento de ir preparando el relleno. Es tan fácil como poner el queso crema en un bol y batirlo con el azúcar durante aproximadamente un minuto. Una vez bien mezclado ya podemos añadir el mascarpone y seguir batiendo durante unos 15-20 segundos. Ya solo nos queda añadir los huevos, uno a uno y batiendo bien para conseguir integrarlos. Una vez bien integrados todos los ingredientes ya solo nos queda añadir la vainilla.
Sacamos el molde de la nevera y lo forramos con un poco de papel de aluminio (para evitar percances al hornear nuestra masa al Baño María J). Vertemos la masa en el molde y lo ponemos dentro de una bandeja de asado o similar. El paso siguiente es poner agua hirviendo en la bandeja hasta que llegue a media altura del molde y meterla en el horno durante 45 minutos. Pasados esos minutos bajaremos la temperatura a 160 °C y seguiremos horneando durante 25 minutos más. Si veis que coge demasiado color lo podéis cubrir con un poco de papel de aluminio. Cuando hayan pasado los 25 minutos ya podemos apagar el horno, pero no sacaremos nuestro pastel, sino que, con la puerta un poco abierta, lo dejaremos dentro enfriándose durante una hora. Tras esa hora ya podemos desmoldarlo y dejarlo enfriar completamente sobre una rejilla. Cuando ya esté totalmente frío es momento de meterlo en la nevera y dejarlo ahí unas 12 horas.
Pasadas esas horas ya solo nos queda la decoración! Cortamos los hijos en gajos pequeños, decoramos nuestro pastel con ellos y los bañamos con un poco de miel por encima… ummmm riquísimo! Este es el resultado:





Espero que os guste y que os animéis a probarlo!


sábado, 15 de septiembre de 2012

Pajareando… y Pane al Cioccolato italiano!

Me encanta sentarme delante del teclado y haceros partícipes de nuestras escapadas de fin de semana o de nuestras rutas por la montaña, pero esta semana no va a poder ser… porque nos hemos quedado encerrados en casa, sí, sí como lo oís!
La semana que viene mi media naranja tiene un examen, así que muchos planes no podíamos hacer. Si a eso le sumamos que mi tensión arterial está más que por los suelos… pues da un resultado más bien poco esperanzador en cuanto a fin de semana histórico se refiere. Pero la verdad es que me ha encantado poder quedarme en casa con mis gatas y mi alma gemela J. Además, mi sister se ha venido a comer con nosotros así que ha sido ¡perfecto!
Y para seguir viendo el lado bueno de las cosas… al quedarme en casa me ha dado tiempo de participar en “la Recepta del 15 de este mes, del blog Els Fogons de la Bordeta. Me imagino que todos sabéis de qué estoy hablando, pero para los que no, os cuento. Se trata de una convocatoria mensual de recetas. Cada mes nos proponen un ingrediente y, a partir de este, es cuestión de animarse a preparar algo. Llevaba siglos queriendo participar, pero por un motivo u otro nunca conseguía llegar a tiempo… pero esta vez sí, lo he logrado!! El ingrediente de este mes era el chocolate, así que solo he tenido que añadirle mi pasión por el pan y… aquí os dejo mi contribución: Pane al Cioccolato!! Se trata de un pan dulce italiano que suele servirse con un poco de queso mascarpone como postre o sencillamente como snack. Parece mentira que pueda llegar a ser tan esponjoso como es! Sin lugar a dudas os recomiendo que lo probéis, pero eso sí, la masa cuesta un poco de dominar J, aunque con algo de paciencia y el amasado francés como compañero seguro que os sale requetebién! Aquí os dejo la receta:


Pane al Cioccolato (receta del libro Baking de Martha Day) (para un loaf)
400 gr de harina panificable (en mi caso de media fuerza)
25 gr de chocolate en polvo
½ cucharadita de café (tsp) sal
25 gr de azúcar
15 gr de levadura fresca
250 gr de agua a temperatura ambiente
25 gr de mantequilla sin sal en pomada
75 gr de chocolate picado en trozos
Mantequilla sin sal deshecha para pintar nuestro pan
Elaboración
Es un pan que normalmente se hace en un molde redondo alto. Para esta cantidad de masa utiliza un molde de 15 cm. Si, como yo, no tienes ese tipo de molde, siempre puedes hornearlo en un molde rectangular o directamente sin molde dándole forma redonda a la masa. En cualquier caso, sea el molde que sea, ves untándolo con un poco de aceite y déjatelo ya preparado.
En un bol grande tamiza la harina, el chocolate en polvo y la sal. Mezcla y añade el azúcar. Por otro lado, ya puedes deshacer la levadura en un poco de agua. Una vez deshecha puedes añadirla a la mezcla de la harina y, poco a poco, seguir añadiendo el resto del agua.
Una vez integrada el agua es hora de añadir la mantequilla, tras lo cual ya solo nos quedará amasar nuestra masa hasta que sea elástica y suave. Aviso a navegantes… al principio resulta  muy pegajosa, pero con paciencia y nuestro queridísimo amasado francés conseguiremos tener una masa impresionantemente fina (promised!).
Cuando ya esté a punto es hora de pasarla a un bol, previamente untado con un poco de aceite, y de dejarla reposar durante aproximadamente una hora, o hasta que doble su volumen, bien tapada con un plástico y un trapito encima.
Pasado ese tiempo la volcaremos sobre nuestra superficie de trabajo ligeramente enharinado. Tras desgasificarla la aplanaremos un poco y pondremos encima el chocolate picado. Volveremos a amasar ligeramente para que se integre un poco el chocolate. Una vez ya estemos en este punto la dejaremos descansar tapada durante tan solo 5 minutos más. Pasado este brevísimo descanso ya le podemos dar la forma deseada. Si vuestro molde es redondo tan solo tendréis que darle forma de bola, si por el contrario, utilizáis un molde rectangular tendréis que aplanar un poco la masa y darle una forma rectangular. Hecho esto, será cuestión de enrollar la masa para darle forma de cilindro (de la misma longitud que nuestro molde). Una vez tenga la forma deseada pasamos nuestra masa al molde y la volvemos a dejar reposar tapada con un plástico y un trapo durante aproximadamente otros 45 minutos, o hasta que doble su volumen. Sube mucho, así que hay que estar atentos… En mi caso, como hoy ha hecho un calor tremendo me ha subido más de la cuenta…
Es momento ya de precalentar nuestro horno a 220°C.
Pasado este último levado ya podemos introducir nuestra masa en el horno y hornearla durante 10 minutos. Pasados estos primeros minutos bajaremos la temperatura a 190°C y seguiremos horneando unos 25-30 minutos más. En este proceso os dejará un olor impresionante en vuestra cocina… y en todo el piso J!
Cuando ya esté listo y lo saquéis del horno será el momento de desmoldarlo y pintarlo con un poco de mantequilla por encima.
¡Ya solo nos quedará dejarlo enfriar encima de una rejilla para poder hincarle el diente!
 Os quedará un pan con un aroma a chocolate impresionante y con una miga extremadamente tierna y suave. ¡Una auténtica tentación para cualquiera! Aquí os dejo el resultado:


Et c’est tout! Un pan más para alegrarnos los desayunos o las meriendas. ¿Os animáis?



Enviada a Yeastspotting

domingo, 9 de septiembre de 2012

Saboreando el fin de semana: Pan de Viena!!

¿Sabéis a qué huele mi cocina? J Sí, ¡lo habéis acertado!! A pan recién hecho y reconozco que es un olor que me encanta.
Ayer fue un día genial. Nos levantamos sobre las 7h y tras un estupendo desayuno y un par de ojeadas a nuestra Guía Campsa, fuimos a por el coche. ¿Qué hay mejor que una escapada a la Costa Brava para disfrutar de los últimos días del verano? Mi querido Hombre del Tiempo me asustó un poco (y a mis piernas ni os cuento) al anunciar temperaturas de más de 30°C, pero conseguí superar mis miedos al achicharramiento infernal gracias a mi súper vestido de emergencias. Sí, creo que tod@s tenemos algo que nos entra incluso en los momentos más… críticos… bien, pues yo no iba a ser menos. En definitiva, que me enfundé mi vestidito anti complejos, cogimos algo de fruta para el paseo y enfilamos para el coche. Pero todavía nos faltaba algo: mi sister J. ¿Irnos de escapada fotográfica sin ella? No way! La llamamos y por suerte todavía no había hecho planes, así que se apuntó. Ahora sí que lo teníamos todo para disfrutar de un sábado de parranda!
Dirección Gerona y primer destino: Pals. Muchos de vosotr@s seguramente ya lo conoceréis, pero para aquellos que no hayáis estado nunca os diré que es un buen sitio para dar un paseo. Se trata de un pequeño pueblo en la comarca del Baix Empordà. Cuenta con un casco histórico medieval que bien parece de cuento. Sus calles empedradas, los arcos de medio punto, las fachadas con ventanas ojivales y los balcones de piedra consiguen transportarnos a otra época. Salvando todas las distancias posibles, seguramente os pueda recordar a San Gimignano en la Toscana.



Después de nuestra primera parada nos dirigimos al segundo objetivo: Peratallada. Es otro pueblecito a tan solo 7 km de Pals. En este pequeño pueblo también encontramos un casco antiguo medieval. Podemos visitar sus calles estrechas, su castillo, la Torre de las Horas, las murallas y la Iglesia de San Esteve… Después de hacer otra buena tanda de fotos aprovechamos para hacer un descanso y llenar nuestros estómagos J en una encantadora terraza interior fuera del mundanal ruido… 





Y después de comer nos dirigimos hacia nuestro último destino: Begur. Era la Fiesta de los Indianos, así que la música cubana y el olor a menta (omnipresente por todas las calles para preparar los preciados mojitos) aderezaron nuestra visita.
En definitiva: me encantó el paseo y, as usual, disfruté muchísimo de la compañía J! Pero claro, estar todo el día fuera de casa implica que no preparé ningún prefermento o similar para mi hornada semanal de pan, así que esta mañana he estado ojeando mis libros para ver qué podía improvisar… y cómo no, Richard Bertinet siempre tiene la respuesta: pan de Viena! Es un pan fácil de hacer y fantástico para cualquier situación. Encaja con dulce y con salado… creedme, es una auténtica tentación. Tostadito por fuera, pero extremadamente tierno por dentro… una delicia. (Ah, y también se puede congelar para disfrutar de él en un momento de necesidad J). Aquí os dejo la receta por si os animáis a probarlo.
Ingredientes (receta del libro de Richard Bertinet Panes) (para 5 baguettes o 15 panecillos)
250 gr de leche entera
15 gr de levadura fresca
500 gr de harina de fuerza
60 gr de mantequilla a temperatura ambiente
40 gr de azúcar blanquilla
10 gr de sal
2 huevos grandes
Para el glaseado
1 huevo batido con una pizca de sal
Elaboración
Calienta la leche hasta que esté aproximadamente a temperatura corporal. En un bol grande pon la harina y frota la levadura como si estuvieras preparando unas migas. Añade la mantequilla y sigue frotando. A continuación, añade el azúcar y la sal, y tras eso ya solo nos quedará añadir los huevos y la leche. En cuanto los ingredientes ya estén integrados ya puedes pasar la masa a tu zona de trabajo (sin enharinar). Al principio os quedará una masa bastante pegajosa, pero, aunque os pueda tentar la opción de añadir más harina, creedme, no hace falta. Lo único que necesitáis es un poco de paciencia, el método Bertinet de amasado, y en unos minutos la masa se irá tornando cada vez menos pegajosa y más elástica. La verdad es que es un gustazo amasar este pan!
Una vez tu masa esté lista puedes ponerla en un bol, previamente untado con un poco de aceite, y dejarla reposar tapada con un plástico y con un trapo de cocina durante una hora. Pasado este tiempo de reposo volveremos a volcar nuestra masa sobre la superficie de trabajo ligeramente enharinada con la ayuda de una rasqueta. Ahora es cuando tienes que decidir si prefieres hacer baguettes o panecillos… o un poco de cada. En mi caso me decanté esta vez por las baguettes así que dividí la masa en porciones de unos 80 gr aproximadamente. También puedes hacerlas un poco más grandes o un pelín más pequeñas, como más rabia te dé. En cualquier caso, una vez tengas las porciones de masa divididas es hora de darles forma. Aplasta la masa un poco,  enróllala y dale forma de baguette. Ves colocando las piezas en una bandeja bien espaciadas ya que durante el levado crecerán bastante. Cuando ya las tengas todas formadas será el momento de pintarlas dos veces con el glaseado de huevo y de practicarles unos pequeños cortes profundos a lo largo de la superficie con una cuchilla. Cúbrelas con un plástico y con un trapo y déjalas levar durante una hora.
Ya puedes ir precalentando tu horno a 220°C.
Cuando las baguettes ya hayan levado lo suficiente y la masa ya esté lista es hora de meterlas en el horno durante unos 8-10 minutos, hasta que estén bastante doraditas. Y este es el resultado:





Et c’est tout. ¡Un fantástico desayuno o una merienda de escándalo no es algo tan difícil de conseguir! ¿Os animáis?

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jueves, 6 de septiembre de 2012

Citrus Poppy Seed Muffins and have a nice day!

¿Sabéis lo tarde que es? Se me está tirando el tiempo encima y todavía no he hecho ni la mitad de cosas que tenía que hacer… buf, las mañanas en nuestra vida son frenéticas! El despertador ha sonado a las 6h y tras conseguir despegarnos los ojos hemos sido conscientes del día que es hoy: nuestro aniversario!! ¡Parece mentira cómo pasa el tiempo! Es arrollador, pero supongo que cuando las cosas van bien los días todavía se pasan más rápido…
En cualquier caso, antes de que salgamos corriendo de casa para hacer algún que otro encargo y, cómo no, también para intentar disfrutar un poco de nuestra mañana juntos, quería traeros la receta que os prometí el domingo pasado. La otra tontería que preparé para nuestro desayuno marujil fueron unos Citrus Poppy Seed Muffins, que salieron la mar de bonitos (y ricos J)!
Me encantan esas recetas que puedes guardar en la recámara y que puedes decidir hacerlas en el último minuto con la seguridad de que saldrán bien. Y estos muffins son un claro ejemplo. Hacer que el desayuno sea diferente no tiene por qué llevarte más de 30 minutos, así que ya no tienes excusa para no hacerlo. Porque los días no están hechos para ser fotocopias unos de otros!  Aquí te dejo la receta por si te animas.
Citrus Poppy Seed Muffins (receta de The Australian Women’s Weekly)



Ingredientes
125 gr de mantequilla sin sal en pomada
2 cucharaditas (teaspoon) de ralladura de limón
2 cucharaditas (teaspoon) de ralladura de naranja
2 cucharaditas (teaspoon) de ralladura de lima
150 gr azúcar
2 huevos
300 gr de harina
13,3 gr impulsor (levadura Royal)
125 gr leche
2 cucharadas (tbspoon) semillas de amapola

Elaboración
Esta receta es más que rápida de preparar así que, antes de nada, ya puedes empezar a engrasar tu molde de muffins y reservarlo. Asimismo, ves precalentando el horno a 200°C para tenerlo listo cuando acabes con la masa.
En un bol mezcla la mantequilla, la ralladura, el azúcar, los huevos, la harina tamizada, la levadura tamizada y la leche. Bate bien la mezcla hasta que nuestra masa cambie de color (se hará más clarita). Cuando ya la tengamos en su punto será el momento de añadir las semillas de amapola.
Ya solo nos queda pasar nuestra masa al molde para muffins y hornear durante unos 20 minutos. Una vez listos, déjalos enfriar sobre una rejilla y en unos minutos ya podrás ponerlos en la mesa J. Este es el resultado:




Et c’est tout! Creo que es una de las recetas más fáciles que tengo y, creedme, la guardo a buen recaudo. Espero que os animéis a hacerlos y que me contéis cómo os han quedado! Me voy corriendo!!

domingo, 2 de septiembre de 2012

Se acaba el verano… but don’t panic, just eat chocolate!

Creo que ya os habéis dado cuenta de que voy un poco al revés de la gente. Y me refiero al hecho de que no me gusta especialmente el verano (cosa que es justo lo contrario a lo que le pasa a la gran mayoría) y en cambio me encantan los últimos días de agosto y los primeros de septiembre. Esos en los que las tormentas van y vienen, esos en los que bajan las temperaturas (porque sí, finalmente han bajado) y empiezas a necesitar una chaqueta para pasear, esos en los que al amanecer te apetece cubrirte con la sábana y dar media vuelta hasta que finalmente el desagradecido despertador acaba por darte un buen susto…
Este fin de semana ha sido un claro ejemplo de esos días de transición, esos que nos recuerdan que se acaba el verano. La verdad es que no teníamos grandes planes. A mi media naranja le tocaba trabajar, así que solo disponíamos del sábado y ni tan solo entero… por lo que nos fuimos a dar un paseo. Una caminata por Barcelona siempre es una buena opción y si además lo aderezamos con una visita al fantástico Mercado de la Boquería, lo que tan solo parecía una mañana más se torna una escapada fantástica. Un poco de fruta, algo de albahaca fresca y una buena taza de té en un gracioso café de la C/ Hospital, todo eso nos llevamos de nuestra mañana en el centro, bueno, eso y un poco de chocolate, algo de nata… Y ¿sabéis para qué? Pues para mi contribución a un desayuno marujil previsto para esta mañana. Mi sister y unas amigas me han invitado a desayunar con ellas y qué menos que prepararles algo rico J. Como siempre me animo más de la cuenta y acabo preparando comida para un regimiento, esta vez mi sister me puso límites, así que he tenido que darle unas cuantas vueltas a cuál sería la receta ideal. Estaban los “must”, es decir, un poco de pan (multicereales, Challah y Kaiser Rolls), pero también me apetecía aportar algo más indecente, algo un poco más especial, así que teniendo en cuenta que hemos de luchar contra el síndrome post-vacacional y que hace poco ha sido el cumple de dos de ellas, ¿qué mejor que un poco de chocolate? ¿Qué mejor para una mañana marujil que un fantástico Devil’s Food Cake? Aquí os dejo la receta.
Devil’s Food Cake (receta del libro "Chocolate" de Donna Hay)



Ingredientes
185 gr de mantequilla sin sal en pomada
385 gr de azúcar
1 ½ cucharaditas de café (teaspoons) extracto de vainilla
3 huevos L
125 gr buttermilk (a 250 ml de leche semidesnatada le añades 15 ml de zumo de limón y lo dejas reposar 10 minutos. Tras esos minutos ya puedes remover y añadir la cantidad que te haga falta)
80 gr agua
½ cucharadita de café (teaspoon) de colorante rojo
300 gr harina tamizada
80 gr de chocolate en polvo tamizado
1 ¼ cucharadita de café (teaspoon) de bicarbonato tamizado

Para el ganache
375 gr de nata líquida
340 gr cobertura de chocolate negro

Elaboración
Preparar este fantástico pastel te llevará tan poco tiempo que ya puedes ir precalentando el horno a 160°C.
Coge un bol y pon la mantequilla, el azúcar y la vainilla y bátelo hasta que la mezcla esté ligera y esponjosa. Añade uno a uno los huevos batiendo bien cada vez. En otro bol mezcla el buttermilk, el agua y el colorante. Es hora de añadir la harina, el cacao y el bicarbonato tamizados a la mezcla de la mantequilla. Una vez estén todos los ingredientes integrados ya puedes añadir la mezcla del buttermilk.
Es hora de coger dos moldes de 20 cm debidamente engrasados y forrados con papel de horno y de volcar nuestra masa. (También puedes utilizar moldes más pequeños y montar un mini layer cake).
Ahora tan solo nos queda hornear nuestra masa durante 50 minutos o hasta pase la prueba del palillo. Deja enfriar los bizcochos sobre una rejilla. Una vez fríos ya puedes montar el pastel, aunque te recomiendo taparlos con papel film y dejarlos reposar durante la noche.
Es hora de preparar el ganache que utilizaremos para la cobertura y para hacerlo tan solo tenemos que llevar a ebullición la nata en un cazo a fuego medio. Una vez se ponga a hervir ya podemos retirarlo del fuego y añadir el chocolate que habremos cortado en trozos anteriormente. Empezar a remover hasta que se deshaga el chocolate. Cuando ya esté totalmente deshecho ya podemos dejarlo reposar hasta que tenga la textura adecuada para cubrir nuestro pastel.
Corta los bizcochos por la mitad. Montaremos el pastel con tres de las partes y la cuarta la utilizaremos para hacer migas. Reparte el ganache entre los bizcochos (a modo de sándwich) y cubre también el pastel con él. Para acabar de decorar nuestro pastel repartiremos las migas por encima y… c’est tout! Este es el resultado:




Espero que os animéis a prepararlo, especialmente si sois un chocaholic J!




Ah, también me he animado con alguna cosilla más, pero se me está tirando el tiempo encima y os tengo que dejar… Así tendré excusa para intentar hacer una entrada entre semana J!