domingo, 27 de mayo de 2012

Para empezar bien el día… Melindros!

¿Quieres empezar bien el domingo? ¿Necesitas energía positiva? Quédate quieta, cierra los ojos y respira. Tómate 10 minutos, una tregua, y acércate a la cocina. Ya queda poco tiempo para el gran día y es mejor empezar el domingo con buen humor, así que dedica 10 minutos a los que hoy serán tu mejor medicina.
¿Ya estás en la cocina? ¿Sí? Aunque no siempre lo parezca, puede ser tu amiga y, en el fondo, lo sabes, porque de lo contrario ¿qué estarías haciendo aquí?
¿Tienes harina, huevos y azúcar? Entonces, mi vida, tienes un trozo de cielo. Tan solo has de saber aprovecharlo. Ahí va una idea. No lo pienses más y ponte manos a la obra.
Ingredientes (receta de My Little Things):
3 huevos
75 gr. de azúcar
95 gr. de harina
Azúcar glas


Elaboración:

Empezamos a montar las claras a punto de nieve y vamos añadiendo el azúcar poquito a poco. Cuando ya las tenemos montadas cogemos otro bol y batimos un poco las yemas. Una vez batidas las vamos añadiendo a las claras montadas, poco a poco, con una espátula para que no se bajen. Una vez añadidas las yemas iremos incorporando a la mezcla la harina tamizada (puede ser harina normal o harina integral, lo que prefieras) con movimientos envolventes.
Cuando ya tengas todos los ingredientes mezclados ya solo nos queda precalentar el horno a 180° e ir poniendo los melindros en una bandeja forrada con papel de horno (redundante, ¿verdad?). Para formar los melindros ayúdate de una manga pastelera o de una bolsa a la que le cortas una de las esquinas (el truco de toda la vida). Hazlos del tamaño que prefieras.

Los dejas reposar unos minutos y les pones azúcar glas por encima. ¿Cuánto? Depende de lo dulces que te gusten. La masa ya lleva azúcar, así que todo el glas que le pongas por encima será un añadido... Ahora ya puedes meterlos en el horno. Se hacen muy rápido, tan solo necesitan unos minutos para ponerse doraditos, así que no los pierdas de vista. ¡Ya están listos! Y este es el resultado:

Y ahora, siéntate en tu rincón, todos tenemos uno. Prepárate un vaso de leche o un chocolate caliente o lo que más rabia te dé… a fin de cuentas, solo será la excusa para hincar el diente a esos melindros que tienes enfriándose encima de una rejilla.
Et c’est tout! Con las pilas puestas ¿verdad?

domingo, 20 de mayo de 2012

Cake de chocolate, orejones y naranja

¿Os acordáis de mi semana pasada horribilis? Pues parece ser que las nubes han decidido alojarse en mi cabeza unos días más…

Con un poco de suerte finalmente descarguen y traigan consigo aire fresco, olor a tierra mojada y a césped recién cortado… aroma de café, un poco de canela, el ronroneo de las niñas... En definitiva, todo aquello que sigue ayudándome a disfrutar de mi cielo particular en la tierra.

Pero eso será dentro de unos días, así que, mientras tanto, os propongo coger un libro de Buko, una taza de té bien caliente y un buen trozo de cake de chocolate. Seguro que todo se volverá más cálido de repente. ¿Probamos?  

Cake de chocolate con orejones y naranja (receta de Idris de Pan Baraka)

Ingredientes (para un cake grande)

3 huevos
Dos yogures naturales
200 gr de azúcar moreno
125 gr de aceite de oliva virgen
250 gr de harina de espelta integral tamizada fina (puedes cambiarla por cualquier otra harina)
8 gr de impulsor
1 cucharadita de café de bicarbonato sódico
200 gr de orejones
100 gr de chocolate negro
1 cucharadita de café de canela en polvo
2 naranjas
50 gr de cacao puro en polvo

Elaboración

Cortamos los orejones en trocitos pequeños y les añadimos la ralladura de la piel de las naranjas y el zumo de una de ellas. Lo mezclamos todo bien y lo dejamos macerar durante unas horas, hasta que los orejones absorban el líquido (yo suelo dejarlo macerar durante la noche previa).

Mientras precalentamos el horno a 190°C (sin ventilador) aprovechamos para tamizar la harina con el impulsor, el bicarbonato sódico, el cacao en polvo y la canela. Por otro lado, cortamos el chocolate negro en trozos pequeños y lo deshacemos al baño maría o en el microondas y dejamos enfriar.

Batimos los huevos con el azúcar hasta que se disuelva. Una vez bien mezclado añadimos los yogures y volvemos a batir. Una vez integrados añadiremos el aceite y volveremos a batir bien.

En este punto añadiremos gradualmente la harina, mezclando bien para que no se formen grumos y quede una pasta ligera y cremosa. Si vemos que está muy líquida podemos añadir un poco más de harina.

Finalmente añadiremos los orejones con todo el líquido, el chocolate negro deshecho y lo mezclamos bien hasta que todos los ingredientes están bien integrados. Ya podemos pasarlo al molde que tendremos pintado con un poco de aceite. Puedes utilizar un molde redondo de unos 28 cm de diámetro o uno alargado. Espolvoreamos con un poco de azúcar moreno justo antes de introducirlo en el horno y lo horneamos unos 45-50 minutos a 190°C o hasta que al pincharlo con un palillo este salga limpio.

(También podemos usar moldes más pequeños, pero entonces debemos adecuar el tiempo de horneado al tamaño de los moldes).

Este es el resultado:





Et c’est tout! 


domingo, 13 de mayo de 2012

Pan de cereales y semillas

Ha sido una semana difícil, por decirlo finamente, y los días que se avecinan no parece que vayan a ser mucho mejores… pero, por suerte, en menos de un mes todo habrá pasado y no será más que un recuerdo borroso de principios del verano del 2012… 
En cualquier caso, siempre hay cosas que pueden ayudarnos a recordar que el cielo está en la tierra y que podemos saborearlo. No hay nada mejor que una mañana clara de domingo en la que poder disfrutar de una buena taza de té mientras leemos el periódico. Y ya es del todo completa si por la noche nos hemos acordado de alimentar nuestra masa madre natural o de preparar un poco de poolish para poder hornear el pan de la semana.
Hoy os traigo un pan suave de sabor, excepcionalmente tierno y cálido. Ideal para el desayuno o la merienda. Con un poco de queso fresco o de mermelada o sencillamente con un poco de aceite de oliva virgen extra y un punto de sal, verás cómo desaparece en un momento. La parte positiva es que si vives sola o preparas más de uno también puedes congelarlo e irlo sacando del congelador conforme lo vas necesitando. Tú decides. Lo que es seguro es que si lo pruebas un día, ¡repetirás! Lo aprendí el año pasado en un curso de pan que hice con Idris de Pan Baraka (http://panbaraka.blogspot.com.es/). Sus clases son geniales y él tiene una paciencia espectacular para explicarte una y mil veces los entresijos del proceso de fermentación o del formado del pan. ¡Os lo recomiendo!
Pan de cereales y semillas (dos panes de unos 500 gr.)
Poolish

100 ml de agua a temperatura ambiente
100 gr de harina de trigo de media fuerza
Una punta de chuchillo de levadura fresca

Ingredientes

300 gr de harina de trigo de media fuerza
100 gr de harina de espelta integral fina (si no tenéis la podéis sustituir por harina integral fina normal)
50 gr de harina de centeno integral fina
25 gr de copos de avena, medio molidos con un molinillo de café
25 gr de copos de cebada, medio molidos con un molinillo de café
350 ml de agua a temperatura ambiente
200 gr de Levado natural líquido ya alimentado o de poolish
40 gr de pipas de girasol tostadas
20 gr de sésamo tostado
20 gr de semillas de lino
10 gr de sal marina
7 gr de miel o melaza de caña
5 gr de levadura fresca
2-3 gr de café de cereales (“EKO” o similar)

Para decorar

Agua
Copos de avena
Elaboración 
Para preparar el poolish tan solo deberemos mezclar en un recipiente la harina con el agua y la puntita de levadura fresca, que habremos disuelto previamente en parte del agua total. Remover bien para que no quede ningún grumo y dejarlo reposar tapado durante unas 12-16 horas (hasta que haya triplicado su volumen). Es importante que no lo dejemos más tiempo del necesario ya que el poolish se empezará a colapsar y a perder su punto óptimo. Yo suelo prepararlo la noche anterior y lo dejo a temperatura ambiente dentro de un recipiente de cristal con tapa de manera que puedo ir viendo como sube y sube… J Hasta que llega el momento de poder utilizarlo. También puedes dejarlo reposar en la nevera, pero entonces deberás tener en cuenta que el proceso será más lento y, por tanto, requerirá más horas.
Una vez tenemos todos los ingredientes pesados y a temperatura ambiente cogemos un bol grande y añadimos todos los ingredientes excepto la levadura fresca. Una vez los tenemos ligados pasamos la masa a la encimera y empezamos a amasar. Veréis que se trata de una masa bastante húmeda, así que la tendremos que amasar de forma intensa durante unos 10 minutos hasta que empiece a tomar consistencia. En cualquier caso, no añadáis más harina, solo necesitaréis un poco de práctica y dejará de resistirse J . Llegado este punto le añadiremos la levadura fresca y seguiremos trabajando hasta que nos quede una masa elástica, aunque debemos tener en cuenta que nunca nos quedará una masa fina como la que tenemos con una masa blanca, sino que esta será más áspera.
Cuando la masa ya está lista la volveremos a introducir en el bol, ligeramente untado de aceite y la dejaremos reposar en bloque tapada con un plástico y un trapo unas dos horas, hasta que doble su volumen (tras la primera hora haremos un pliegue a la masa para darle un poco más de fuerza).
Una vez ya haya doblado su volumen dividiremos la masa en dos piezas de igual peso, las trabajaremos dulcemente unos segundos y las dejaremos reposar unos 15 minutos más (con los pliegues boca abajo) tapadas con el plástico y un trapo encima de la encimera.

Una vez pasado el reposo, formaremos los panes: con la encimera ligeramente enharinada pondremos la primera pieza de masa del revés, la aplanaremos un poco y plegaremos hacia dentro (nos quedará un rectángulo). Una vez hecho esto plegaremos nuevamente la masa sobre ella misma de arriba abajo apretando suavemente con las manos y estirándola hasta lograr formar un cilindro de la longitud aproximada del molde que vayamos a utilizar. Introducimos la masa en el molde, que ya habremos pintado con aceite (con el pliegue boca abajo), humedecemos la parte superior con agua y rebozamos con copos de avena. Hacemos lo mismo con la otra pieza de masa en otro molde. También podemos hacer una hogaza de pan redondo o incluso, si tenemos un molde grande (1,5kg), hacer solo una pieza.


Ya formados y dentro de sus respectivos moldes volveremos a taparlos con un plástico y con un trapo y los dejaremos fermentar entre 1h 30’-2h.
Antes de que los panes ya estén a punto para hornear calentaremos el horno a 250° C. Una vez esté caliente y los panes listos, introduciremos los moldes en la rejilla del horno a media-baja altura y los coceremos a 250 °C unos 10 minutos y a 200°C unos 45 minutos más (con vapor). Los coceremos hasta que veamos un color tostado intenso. Cuando ya tenga el color adecuado y, por tanto, ya estén hechos, los dejaremos enfriar encima de una rejilla sacándolos previamente de los moldes. Este es el resultado:



Es un pan extremadamente sencillo de hacer incluso para un principiante. Lo único que os puede dar algún problema es el amasado en sí, al ser una masa bastante enganchosa al principio, pero con un poco de paciencia seguro que os saldrá estupendo. Para aprender a trabajar masas con un alto nivel de hidratación podéis consultar los libros de Richard Bertinet o buscar sus vídeos en Internet o en su propia página web (http://www.thebertinetkitchen.com/, http://www.youtube.com/watch?v=nmRt5O4rd8o). También os puede ayudar con el amasado el vídeo de  La cocina de  Babette http://www.youtube.com/watch?v=apR9Id7gjG8&feature=related.

Et c’est tout! ¡Espero que os animéis!

lunes, 7 de mayo de 2012

Brunch dominical. ¡Feliz día de la Madre!

Cualquier día es bueno para invitar a la gente a la que quieres a un pantagruélico desayuno, pero si la excusa es el Día de la Madre la inventiva y las ganas de hacer algo especial, se disparan, al menos en mi caso. Así que cuando mi hermana y mi madre se decidieron a aceptar mi invitación todos mis sentidos se dispararon y se pusieron a buscar recetas con las que montar un tremendo brunch dominical.
Sin duda, y antes de seguir, debo dar las gracias desde aquí a tod@s los blogs en los que se pueden encontrar las recetas de los más sugerentes manjares. Con toda esa ayuda lo fácil es meterse en la cocina. Os pongo el link de los blogs de los que apunté las recetas para que podáis recuperarlas si os animáis o para que sencillamente disfrutéis de ellos. Los cambios han sido mínimos, así que el mérito también es suyo!
La idea era intentar equilibrar lo dulce y lo salado, así que preparé un poco de todo (mi marido sigue abrumado por la cantidad de cosas que había encima de la mesa):

También puse unas fresas, mermeladas variadas y un poco de pavo braseado y de finísimo de jamón para acompañar y en la nevera quedó una retahíla de quesos (Brie, Gongonzola normal y dolce, Emmental, fresco…) ansiosos de ser disfrutados, pero que tendrán que seguir esperando, ya que las invitadas no sabían ni por dónde empezar :-p!

Espero que os guste el resultado y que os animéis a probarlo. Seguro que os lo agradecen J!





martes, 1 de mayo de 2012

Pan Challah, porque ¿quién dijo que hoy no se trabaja?

Todavía no habéis empezado a sufrirlo, pero todo llegará. ¿El qué? Pues mi adicción, obsesión, fijación… (y demás sinónimos que conozcáis) por el pan. Me encanta amasarlo, olerlo, mirarlo, hornearlo, vamos creo que no hay paso que no me tenga ensimismada. No importa cuántas veces haya probado una receta, cada vez que me vuelvo a lanzar a ella es como si, una vez sale del horno, fuese la primera vez que veo el resultado.
La verdad es que hoy me he iluminado bastante tarde, así que como no había preparado poolish, ni había alimentado mi fantástica masa madre natural que guardo como oro en paño en la nevera, pues ha tocado ir a por las recetas de levadura fresca. Dentro de esta categoría uno de los panes que mejor resultado me da siempre es el Challah. Corren miles de recetas por la blogesfera de este tipo de pan con pocas variaciones así que no pretendo daros ninguna sorpresa, pero sin duda, esta que os dejo aquí siempre sale bien. Os animo a intentarla. Solo se precisa un poco de práctica y os aseguro que os saldrá un pan esponjoso y tierno que volará de vuestra panera, o al menos de la mía desaparece. ¿Serán los ratones? Y lo mejor de todo es que es un pan que se puede congelar sin problemas y que cuando lo sacas del congelador sigue estando la mar de rico. Solo tendrás que darle ese puntido de calor para que vuelva a ser el mismo, así que siempre puede formar parte de un perfecto desayuno de domingo…
Ahí os dejo la receta para un pan grande o para varios panecillos:
Ingredientes:
250gr. de harina de fuerza
250gr. de harina
25 gr. de levadura fresca
40 gr. de azúcar
3 huevos
200cc. de agua (mejor pesada, pero tened en cuenta que siempre hay una pequeña parte que irá a ojo, dependiendo de la cantidad de agua que admita vuestra harina)
Semillas de sésamo o de amapola
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Una pizca de sal
Preparación:
La preparación no tiene demasiado misterio; tan solo hemos de mezclar las harinas en un bol grande y añadir la levadura disuelta en un poco de agua. Una vez bien mezclado añadimos dos huevos batidos, el aceite, el azúcar y la pizca de sal, así como el resto del agua a temperatura ambiente. Cuando todos los ingredientes estén bien mezclados volcamos encima de la encimera (sin añadir harina) y amasamos unos 10-15 minutos hasta que veamos que la masa se ha vuelto elástica y que ya casi no se pega en las manos. Al principio, al ser bastante húmeda, puede resultarnos un poco difícil, pero el “suplicio” no dura mucho y el resultado es mucho mejor si no añadimos harina, así que intentad no caer en la tentación J.

Cuando ya tengamos la masa a punto formaremos una bola y la cubriremos con papel transparente y con un paño y la dejaremos levar tranquilamente durante más o menos una hora y media. As usual, en un lugar sin corrientes de aire y cálido de tu casa. Tras ese rato la masa habrá doblado su volumen y ya estará lista para volver a trabajarla. La volcamos con la ayuda de una rasqueta (para no rasgar la masa) nuevamente sobre la encimera y la trabajamos un par de minutos más. Tras desgasificarla un poco volvemos a formar una bola y la dejamos otra vez dentro del bol tapada con el papel transparente y el paño para que vuelva a fermentar unos 45 minutos más.
Pasado este tiempo la volvemos a sacar del bol y la trabajamos unos 5 minutos, tras los cuales ya podremos dividir la masa en las porciones que queramos. Si queremos hacer una sencilla trenza de tres cabos, tan solo tendremos que dividir la masa en tres porciones y darles forma de cilindro. Una vez hecho esto formamos la trenza encima de la bandeja del horno, que habremos forrado con papel, y la dejaremos reposar otros 45 minutos tapada (en mi caso la vuelvo a tapar con papel transparente y con un paño). También puedes formar panecillos y darles la típica forma de los panecillos Kaiser. No es la que le correspondería a este pan… pero quedan muy bonitos J! En este caso, el único secreto es no pasarnos de fermentación una vez formados los panecillos, ya que en caso contrario perderían la forma.
En cualquier caso, una vez pasada la última fermentación pintaremos nuestro pan o panecillos con un huevo batido y le pondremos unas semillas de sésamo por encima o unas semillas de amapola.

Y ya solo nos queda hornearlo. Lo dejaremos unos 10 minutos a 200º y luego unos 15 minutos más a 180º. Siempre va bien echarle un ojo de vez en cuando no sea que vuestro horno sea más potente y os quede demasiado tostado por encima. Este es el resultado:


Si en lugar de tres prefieres lanzarte con cuatro, seis o incluso ocho cabos, puedes encontrar las instrucciones de cómo hacerlo tanto en diferentes páginas de Internet (esta es solo un ejemplo: http://www.finecooking.com/videos/braiding-challah.aspx) como en varios libros (en “El aprendiz de panadero”, por ejemplo, encontrarás ilustraciones que pueden ayudarte). Las fotos que os dejo aquí son de uno de seis cabos. La cantidad de masa es la misma, pero el resultado es realmente espectacular (y más con las fotografías de mi sister, que hace que cualquier cosa parezca una delicia!):


Et c'est tout! ¡Ya veréis como triunfáis!