domingo, 10 de junio de 2012

Y para desayunar… “Llonguets”

Otro domingo más que llega. La verdad es que me gustan más bien poco…, o al menos nunca me habían gustado demasiado hasta que descubrí que eran un gran día para encender el horno. Desde entonces, me los tomo de otra manera J.
En cualquier caso, siempre es más fácil llegar positiva al lazy Sunday si la semana ha sido buena o, al menos, si el sábado anterior ha sido genial… veis por dónde voy, ¿verdad? Sigo dándole vueltas a mi futuro inmediato y no, no he avanzado demasiado, así que todavía me encuentro entre el ganchillo y el máster (bueno, al menos ya he descartado el Patchwork y el Doctorado J) por lo que mi semana no ha sido gloriosa… buena sí, pero todavía no llega al estado de gloriosa, pero al menos, ayer me lo pasé genial. Después de haber tenido hibernando el coche durante casi tres semanas (y creedme, eso para una novata es muy, pero que muy peligroso –es fulminante lo rápido que olvidan los pies J-) por fin hemos conseguido hacer una mini escapada. Y nos acompañó mi sister así que la excursión ya prometía de por sí. Tocaba “sábado de compras!!” y pasó lo inevitable: pocas compras, pero muy buen rollo! Eso sí, el próximo día nos llevaremos la cámara para dejaros alguna prueba.
Pero volviendo a lo que nos interesa. Os lo advertí, sí, sí, ya os avisé, me encanta hornear pan. Si he de ser totalmente sincera, las masas que más me gustan son aquellas con tal grado de hidratación que te vuelven medio loca cada vez que tienes que hacer un pliegue, pero también es cierto que hay masas muy agradecidas con una hidratación mucho menor, de un 50-55%, que también están más que ricas y que, por si eso fuera poco, son mucho más fáciles de manipular. La masa de los llonguets es un claro ejemplo. Son unos bollitos regordetes y con una profunda hendidura en el centro típicos de Mallorca, aunque yo todavía sueño con los llonguets que me he comido durante años en Menorca… Casan absolutamente con todos, sea una buena mermelada, un poco de sobrasada o sencillamente con un buen aceite de oliva virgen y una pizca de sal. ¡Temendos! Pero lo mejor de todo es que además son fáciles de hacer y se pueden congelar. ¿No me creéis? Ahí os dejo la receta para que lo confirméis vosotros mismos:


Ingredientes (receta del Pa dels Ferrer)
Esponja
200 gr de harina
120 gr de agua
2 gr de levadura fresca

Masa llonguets
100 gr de la esponja preparada la noche anterior
500 gr de harina panificable (hago una mezcla de cuatro partes de harina panificable normal por una de harina de fuerza)
310 gr de agua
3 gr de levadura fresca
10 gr de sal marina fina

Elaboración:
La noche anterior mezclamos los ingredientes para preparar la esponja. Una vez los ingredientes ya estén del todo integrados, y tras trabajar durante unos minutos la masa, formamos una bola y la metemos en un bol (untado con un poco de aceite de oliva virgen). Tapamos el bol con un plástico y lo dejamos en la nevera hasta la mañana siguiente.
Pasada la noche, ya podemos sacar nuestra esponja de la nevera y dejarla atemperar un poco. Por otro lado vamos mezclando el resto de ingredientes. Cuando estén bien integrados ya podremos añadir los 100 gr de esponja. (Nos sobrará esponja, así que también podemos aprovechar para hacer una hogaza de pan blanco o directamente podéis dividir la esponja que nos ha sobrado en dos y congelarla por separado de manera que para el próximo día solo tendréis que sacarla del congelador y esperar a que se descongele para hacer más llonguets J).
Amasamos bien la masa hasta que esté elástica y fina de forma que al hacer una bola la masa quede fina como el culito de un bebé. En este punto, untamos un bol con un poquito de aceite y metemos nuestra bola dentro. Tapamos con un pástico y la dejamos reposar hasta que haya doblado el volumen, unas dos horas aproximadamente, aunque ahora que se acerca el verano seguro que subirá un poquito antes.
Cuando hayan pasado las dos horas ya podemos darle forma. Enharinamos un poco la encimera y volcamos en ella la masa. La estiramos dándole forma rectangular y la enrollamos formando un cilíndro. Quedará uno bastante largo.

Una vez lo tengáis así formado  es hora de aplanar un poco la masa y de plegarla  en tres partes (una sobre la otra). Cuando ya la tenemos doblada es el momento de aplanar un poco los laterales (no te hace falta el rodillo, sino que con las manos podrás hacerlo). Coge uno de los laterales que acabas de aplanar y enróllalo hacia arriba. Después coge la otra falda y haz lo mismo, también hacia arriba, hacia el centro del cilindro. 

Te volverá a quedar una forma de macarrón J. En este punto ya es cuando tenemos que cortar nuestros llonguets.

Con una rasqueta de panadero corta piezas de unos dos dedos de ancho y déjalas reposar en un trapo bien enharinado y tapadas durante unos 30 minutos. (As usual, los tiempos son aproximados, ya que dependerá mucho de la temperatura de vuestro lugar de trabajo).

Ya podéis ir precalentando el horno a unos 220°C. A mí me gusta hornearlos con piedra, así que encendí el horno un rato antes, para que la piedra estuviera bien caliente al entrar los panecillos. Cuando los llonguets hayan hecho su última fermentación es hora de pasarlos a la bandeja del horno (o a la piedra, si te decides a utilizarla) y de hacer un corte central bien profundo en cada uno de ellos con nuestra cuchilla.
Hornear unos 25 minutos a 220°C y este es el resultado:

Et c’est tout! Ya me diréis cómo os quedan.


Enviada a YeastSpotting

2 comentarios:

  1. Me parecen increibles!!! Se me hace la boca agua solo de verlos, tan perfectos! Soy de Mallorca y no había visto la receta. Los acabo de ver en Evento Photo Blog y he venido a por la receta enseguida. No me puedo resistir a probar... aunque no sé que saldrá. Si me salen te mandaré foto.
    Gracias por compartir la receta!

    ResponderEliminar
  2. Ya verás como te quedan genial, a mí me encantan! Estoy deseando recibir tu foto :-).
    Besos

    ResponderEliminar