domingo, 16 de junio de 2013

Y de regalo: Galletas!!

Hacía ya muchos días que no os explicaba mis excursiones por el campo y la verdad es que no era porque hubiese decidido no compartirlas con vosotros, sino porque prácticamente no habíamos  vuelto a salir más que a escapaditas muy cortas, pero ayer decidimos resarcirnos de todos estos meses con un reto realmente interesante: ir  a la Abadía de Montserrat andando! Son aproximadamente unos 44 km desde nuestra casa en los que prácticamente no pasas por la carretera, cosa que se agradece.
Salimos a las cuatro de la mañana y llegamos al Monasterio a las dos del mediodía. Íbamos realmente bien de tiempo y la idea era llegar sobre la una como máximo, pero hicimos un par de paradas que nos retrasaron, una para tomar un café en Olesa de Montserrat y otra justo cuando nos faltaban unos 45 minutos para llegar. Me estaba quedando sin fuerzas y necesitaba repostar, vamos comerme unos frutos secos que llevaba en la mochila para cuando me diera la gran pájara :-). Lo ideal en estos casos es un poco de chocolate, pero contando que ayer iba a hacer un calor insoportable no pensé que fuera una buena idea meterlo en la mochila… En cualquier caso, con pájara incluida, conseguimos llegar y os puedo asegurar que, en mi caso, fue gracias a tener a mi alma gemela conmigo. Sin él no hubiese sido posible, así que desde aquí: muchas gracias!!
Hay muchas rutas para llegar al Monasterio, pero la que hicimos realmente vale la pena. Es un poco dura, pero estás en medio de la montaña, por lo que os la recomiendo. Eso sí, tenéis que estar un poco en forma, porque de lo contrario sería un poco locura!
Bueno, y después de este pseudo diario de Bitácora os estaréis preguntando qué os traigo hoy de receta. Pues la verdad es que se trata de unas galletas. Sí, sí, nada más fácil que eso. Las preparé para una celebración muy especial del domingo pasado y claro, antes de subirlas al blog teníamos que regalarlas, así que preferí subirlas hoy.
Una amiga de mi sister celebraba el bautizo de su hija pequeña,  una peque preciosa y risueña que le roba el corazón a cualquiera. Queríamos hacerle un detalle, pero no sabíamos muy bien qué podíamos regalarle... hasta que me acordé de que a veces las cosas más sencillas son las que más ilusión hacen, y entonces lo tuve claro: tocaba hornear galletas!
Quedaron muy graciosas y les encantaron a todos los invitados. Ni qué decir tiene que los niños las devoraron! También dejamos algunas en blanco para que la hermana mayor pudiese decorarlas a su antojo con unos rotuladores especiales alimenticios y también le gustó mucho la idea, así que salió todo realmente bien! Aquí va la receta por si os animáis a probarlas:
Galletitas de bautizo (receta de las galletas de BBC Food; para unas 50 galletas, siempre dependiendo del tamaño de los cortapastas)



Ingredientes:
250 gr de mantequilla, a temperatura ambiente
250 gr azúcar
2 huevos ligeramente batidos
½ cucharadita  (tsp) de extracto de vainilla
500 gr harina de todo uso
1 cucharadita (tsp) de impulsor (baking powder)
300 gr (aproximadamente) de fondant (en mi caso blanco)
Royal icing de diferentes colores (dependiendo de la decoración que queráis ponerles)
Mermelada de albaricoque calentada con un poquito de agua (la proporción sería una cucharada (tbsp) de mermelada por una cucharadita (tsp) de agua)
Cortapastas con formas típicas de bebés (cochechitos, biberones, patucos… lo que tengáis por casa)
Elaboración:
Preparar las galletas es fácil a rabiar. Yo las suelo preparar la noche antes del día que quiero hornearlas para dejarlas reposar durante toda la noche en la nevera, ya que se trata de una masa muy blanda que necesitaremos enfriar durante un buen rato, pero lo dejo a vuestra elección.
En un bol grande batimos la mantequilla y el azúcar con unas varillas eléctricas hasta que la mezcla esté ligera y esponjosa. Añadimos los huevos y el extracto de vainilla.
Por otro lado tamizamos la harina y el impulsor y lo mezclamos con la mantequilla y el azúcar hasta que nos quede una masa suave y algo húmeda. La volcamos sobre nuestra superficie de trabajo ligeramente enharinada y le damos forma de bola (es una masa bastante blanda). Dividimos la masa en dos partes y la envolvemos con papel film. Es momento de dejarla descansar en frío. Puede ser durante una hora en el congelador o toda la noche en la nevera.
Cuando ya estéis a punto para empezar a hornear tan solo tendréis que precalentar vuestro horno a 170°C y forrar la bandeja del horno con papel de hornear.
Sacamos una de las porciones de masa de la nevera y la extendemos con la ayuda de nuestro rodillo encima de un papel de hornear. A mí me gusta hacerlo entre dos hojas de papel de hornear. De este modo no tengo que enharinar la superficie de trabajo y así no añadimos nada de harina extra a nuestra masa. La textura final será más suave y agradable. Cuando ya tengamos la masa de un grosor de unos 0,5 cm aproximadamente es el momento de ir cortando las galletas con la ayuda de un cortapastas y de ir pasándolas a la bandeja del horno que ya teníamos forrada. Cuando acabemos con esta porción de masa repetiremos la misma operación con la que nos espera en la nevera. Si en algún momento vuestra masa coge mucha temperatura y se vuelve demasiado blanda, don’t panic!, tan solo tenéis que volver a hacer una bola y dejarla descansar un poco en el congelador para que vuelva a coger consistencia.
Cuando ya tengamos la bandeja llena (dejad un poquito de espacio entre ellas) ya podemos meterlas en el horno y hornearlas durante unos 12-15 minutos (en mi caso 15). Una vez listas las dejaremos reposar unos 10 minutos antes de pasarlas a una rejilla donde se enfriaran completamente.
Ahora que ya tienes las galletas hechas y completamente frías es momento de dejar volar tu imaginación! En mi caso estiré el fondant blanco y fui cortándolo con los cortapastas que había utilizado para las galletas. Para decorar los patucos utilicé unas plantillas que se ponen sobre el fondant para darles ese dibujo tan gracioso. Para pegar el fondant a las galletas tan solo tenéis que usar la mezcla de mermelada y agua. Poner unas gotitas sobre cada galleta y encima el fondant

Hecho este paso, podéis decorarlas también con un poquito de Royal Icing casero (aquí os dejo la receta de cuando hicimos las de Halloween) o directamente podéis comprarlo ya hecho. Wilton lo tiene de muchos colores. A mí me gusta más el casero, pero soy consciente de que no siempre se tiene tiempo para todo, así que esto también lo dejo a vuestra elección.  Una vez la decoración ya esté completada tan solo tendréis que esperar a que se seque el icing. Yo las dejé toda la noche y por la mañana las pude manipular sin miedo a que se estropearan. Podéis embolsarlas de dos en dos o ponerlas todas en una bandeja bien bonita para que cada uno coja las que quiera… hay mil posibilidades. Aquí os dejo el resultado:






Et c’est tout! Definitivamente a veces las cosas más sencillas son las que logran llegar más a aquellos a los que queremos. Espero que os animéis, si no para un bautizo… para cualquier otra ocasión especial. Feliz semana!!

8 comentarios:

  1. ¡Pero qué preciosidad! Si es que hasta da pena comérselas, te han quedado de lujo :-)

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    1. Muchísimas gracias, Consuelo. Me alegro mucho de que te hayan gustado! Feliz semana!

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  2. Ficaram umas bolachas tão lindas.
    Até da pena comer.
    bjs

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    1. Muchísimas gracias, Sao!! A ver si te animas y me cuentas qué tal te han salido. Bsts!

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  3. Qué preciosidad de galletas..., da pena comérselas.. Aunque, haciendo una excepción, nos comeríamos unas poquitas, ja, ja...
    Enhorabuena por tu excursión: estás en verdadera forma...
    Besos.

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    1. Las cuatro que dejé para casa volaron en un suspiro :-)! Me pareció un bonito regalo... y a los niños les encantaron!

      A ver si os animáis con las galletas o con salir de caminatas!! Bsts y feliz semana!

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  4. Tão lindas e deliciosas essas galettes.Da pena comérselas;)
    besos,violeta

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    1. Muchas gracias, Violeta! Son realmente fáciles de hacer y son un bonito detalle para los invitados. ¿Te animas? Feliz semana!!

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